La memoria es la habilidad de nuestro cerebro para codificar, almacenar y recuperar información. Pero, ¿sabes cómo funciona? La memoria humana es muy compleja. Una de las razones es porque se encuentra asociada a varias áreas y regiones del cerebro: el hipocampo (implicado en la formación de recuerdos), la corteza prefrontal (que está involucrada en la memoria de trabajo) y el lóbulo temporal (involucrado en la memoria a largo plazo). La memoria puede dividirse en 3 etapas principales: codificación, almacenamiento y recuperación.
1. Codificación: En esta etapa procesamos la información del mundo exterior y la transformamos en un formato que el cerebro pueda utilizar. La codificación puede ser semántica (relacionada con el significado de la información), visual (relacionada con las imágenes), y acústica (relacionada con los sonidos). Este es el primer paso para crear un recuerdo.
2. Almacenamiento: Una vez que la información se codifica, se almacena en el cerebro para su uso posterior. Existen varios tipos de memoria de almacenamiento, incluyendo la memoria sensorial (que almacena la información sensorial por un corto período de tiempo), la memoria a corto plazo (o memoria de trabajo, que puede almacenar una pequeña cantidad de información durante unos minutos), y la memoria a largo plazo (que puede almacenar una gran cantidad de información durante un largo período de tiempo, desde meses hasta toda la vida ).
3. Recuperación: La última etapa del proceso de memoria es la recuperación, en la que se recupera la información almacenada para su uso. Esta etapa puede ser influenciada por varios factores, incluyendo el tipo de información, el contexto en el que se aprendió la información, y las experiencias y conocimientos previos.
En este blog post vamos a darte algunos consejos para mejorar la memoria y la concentración: pues sin concentración no hay memoria. Además te vamos a recomendar ciertos suplementos alimenticios que te pueden ayudar en esta tarea.
La alimentación es un factor clave
El cerebro necesita nutrientes y vitaminas para funcionar, por eso es de gran importancia cuidar los alimentos que comemos. Una alimentación equilibrada, que incluya frutas, verduras, proteína y cereales integrales que proporcionen fibra, va a aportarnos los nutrientes esenciales que necesitamos para el funcionamiento óptimo del cerebro.
Los alimentos ricos en antioxidantes nos van a ayudar a combatir el estrés oxidativo que puede dañar nuestro cerebro. De la misma forma, los alimentos ricos en Omega 3, como el salmón, las nueces y las semillas de lino, reducirán la inflamación y promoverán la regeneración de las células cerebrales.
Por ejemplo, un menú ideal de almuerzo para nutrir tu cerebro podría consistir en un primer plato de espaguetis a la napolitana, complementado con un segundo plato de salmón a la plancha con espárragos acompañado con dos rebanadas de pan integral, y una pieza de fruta de temporada.
Comprométete con el ejercicio regular
Un estilo de vida físicamente activo beneficia tanto al cuerpo como a la mente. El ejercicio cardiovascular regular, como el ciclismo, el trote o incluso una caminata rápida de 30 minutos por tu vecindario, favorece el flujo sanguíneo y la entrega de oxígeno al cerebro, mejorando así la función cognitiva, la concentración y la memoria.
Mantén tu mente activa
La estimulación mental regular ayuda a mantener tu cerebro activo. Puedes agudizar tu memoria mientras te entretienes haciendo rompecabezas, Sudokus, crucigramas, leer o aprender nuevas habilidades como tocar un instrumento musical o practicar un nuevo idioma. Todas estas actividades pueden fortalecer tus conexiones neuronales y ayudarte a retrasar la pérdida de memoria asociada al envejecimiento.
Prioriza el sueño restaurador
El sueño es vital para la consolidación de la memoria. Durante el sueño transformamos las memorias a corto plazo en almacenamiento a largo plazo y nuestro cerebro se “limpia” de radicales libres y mediadores inflamatorios mediante la acción de la melatonina. Lo recomendado es tener un período de sueño reparador de 7-9 horas cada noche. Un horario de sueño regular, un ambiente oscuro y fresco, y limitar el tiempo en que miramos pantallas antes de acostarse pueden mejorar la calidad del sueño.
Controla el estrés
El estrés crónico puede deteriorar la memoria y la función cognitiva al promover la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro. Desarrollar estrategias de manejo del estrés, como la meditación diaria, las sesiones de yoga o incluso simples ejercicios de respiración profunda durante breves descansos de trabajo, pueden respaldar el bienestar mental y mejorar la función de la memoria.
Hidrátate de forma correcta
Una hidratación adecuada es fundamental para todas las funciones corporales, incluyendo la función cerebral. La deshidratación puede perjudicar las habilidades cognitivas, incluyendo la atención, la memoria y la coordinación motora. Bebe agua cuando tu cuerpo lo pida, pero incrementa el consumo si haces ejercicio o vives en un clima cálido.
Evita las sustancias tóxicas para tu cerebro
Hay productos de consumo diario que pueden ser nocivos para tu memoria y función cerebral.
Un consumo excesivo y continuo de alcohol puede llevar a la pérdida de memoria y a problemas cognitivos a largo plazo, ya que puede dañar el hipocampo. Además, fumar puede llegar a reducir el flujo de sangre que llega al cerebro, lo que puede deteriorar las habilidades cognitivas y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
El uso prolongado de las drogas recreativas afecta a las funciones cerebrales, comprometiendo la memoria, la atención y la toma de decisiones. Asimismo, sustancias químicas como los pesticidas, pueden tener efectos neurotóxicos cuando nos exponemos a ellos en grandes cantidades.
Finalmente, la exposición constante a la contaminación del aire, especialmente las partículas finas, se ha relacionado con una disminución de la función cognitiva y un aumento en el riesgo de demencia.
Emplea suplementos para mejorar la memoria
Además de aplicar estos consejos en tu estilo de vida, los complementos alimenticios pueden ser un apoyo adicional para la mejora de la concentración, la memoria y el mantenimiento de la salud del cerebro. A continuación te mostramos algunos de nuestros suplementos que te pueden ser útiles en esta tarea:
Complemento |
Características |
Beneficios cognitivos asociados |
Mezcla que incluye Ginkgo Biloba, Bacopa Monnieri y té verde. |
Mejora el flujo sanguíneo cerebral, acelera el procesamiento de información y protege contra el estrés oxidativo. |
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Con aceite de pescado salvaje con 2000 mg de omega 3 (700mg EPA, 500mg DHA) y vitamina E. |
Respalda la salud cerebral al reducir la inflamación y promover el crecimiento y desarrollo de células cerebrales. |
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Contienen vitaminas B esenciales, además de colina, inositol, vitamina C y vitamina E. |
Apoyan la producción de neurotransmisores, mejorando la comunicación entre neuronas. |
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Contiene curcumina, un ingrediente activo con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. |
Puede atravesar la barrera hematoencefálica y actuar directamente en el cerebro, ejerciendo efectos neuroprotectores. |
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Altamente concentrado, teniendo 2375 mg de Ginseng por dosis. |
Ayuda a reducir el estrés oxidativo en el cerebro y promover el crecimiento y supervivencia de nuevas células cerebrales. |
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Extracto altamente dosificado (6:1), unos 3000 mg de melena de león ecológica seca. |
Promueve la producción de factores neurotróficos, apoyando la supervivencia y función de las neuronas. |
Implementando estos consejos prácticos e incluyendo alguno de los suplementos que te recomendamos para mejorar tu memoria y concentración, puedes desbloquear el potencial de tu cerebro, abriendo el camino a una salud cognitiva mejorada para conseguir un cerebro más saludable y activo.